LA DULCIADA (Fragmentos)

I

Yo aquel que en algún tiempo canté amores,
y al blando sol de la suave arena,
canté celos de rústicos pastores,
ya en Églogas, ya en dulce cantinela.
Yo que canté de Marte los horrores,
cuando agitaba su furor en mi vena
ahora que Apolo no me inflama tanto,
canto los Dulces, sus elogios canto.

II

Dime Musa el origen que tuvieron
los dulces que hasta ahora se inventaron,
y que los Dioses a los hombres fueron
los que tales delicias nos dejaron,
quienes los cándidos hicieron
y quienes los del almíbar idearon,
dí quién inventó bizcochos y fablillas,
quién las compotas, cremas y natillas.

XIV

Por ti habré de empezar, ¡Oh huevo hilado!,
por tu bizcocho y por aquel tejido
de tus hilos de almíbar empapado,
que aún nombrado es delicias a mi oído
contigo pues ni el néctar más sagrado,
ni la dulce ambrosía ha competido,
¡Quién para desatar todo tu hilo
tuviera siete bocas como el Nilo!...