CRISTÓBAL MOSQUERA DE FIGUEROA nació en Sevilla en el año 1547.

De condición hidalga, hijo del licenciado Pedro Mosquera de Moscoso y de doña Leonor de Figueroa estudió en Salamanca y en Osuna y fue discípulo de Juan de Mal Lara. Fue Corregidor en Utrera, El Puerto de Santamaría y Écija, para luego pasar a ser Alcalde de Burgos y, posteriormente, trasladarse a Valladolid.

Tuvo algunos amigos muy conocidos, como el poeta Alonso de Ercilla, Miguel de Cervantes, a quien le proporcionó trabajo como recaudador de la Armada Invencible, y don Álvaro de Bazán, primer marqués de Santa Cruz, quien le protegió.

Como poeta fue un hábil recreador de los motivos de la poesía del momento, le gustaban las construcciones trimembres y versificó con facilidad. Siempre tomó como modelo a poetas como Garcilaso de la Vega, Fray Luis de León o Fernando de Herrera. Este último, de quien era amigo personal, publicó en sus “Anotaciones” algunas traducciones suyas.

En su poesía sagrada su tema principal es la Pasión de Cristo y en su poesía amorosa se centra en un amor imposible según los cánones del petrarquismo, pero tiene dos destinatarias: Criselia y Cintia. Tampoco falta la poesía moral que invita al abandono del mundo y al alejamiento de la vida urbana.

Sus Poesías inéditas fueron publicadas en Madrid por Guillermo Díaz Plaja en edición costeada por la Real Academia Española en 1955.

Finalmente, desengañado de ciertas pretensiones cortesanas, se retiró a Écija, donde pasó los últimos años de su vida. "Enfermó de la orina i de otras reumas o corrimientos a los ojos que le turbaron i oscurecieron la vista" (Francisco Pacheco). Murió en 1610.

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¡Oh rojo Cintio! Si el rapaz airado
hirió tu corazón con flecha de oro,
trocado en Dafne este metal sagrado,
ciñe de hoy más con tu virgineo coro;
de Moxquera la frente ingeniosa
con las hojas que guardas por tesoro.

(Baltasar de Alcázar)