IBN HAZM
Ibn Hazm  , Poetas Andaluces en www.poetasandaluces.com

BIOGRAFÍA

”Puesto que así lo quieren, seré un sabio perseguido”


ABU MUHAMMAD ALI IBN AHMAD IBN SAID IBN HAZM AL ANDALUSI AL ZAHIR, más conocido como IBN HAZM, nació en Córdoba el 7 de noviembre de 994. La familia de Ibn Hazm era originaria del la provincia de Huelva.

Realizó una intensa actividad política. Fue visir del califa Abderramán V y a consecuencia de intrigas palaciegas estuvo en la cárcel en varias ocasiones. También sufrió un breve destierro. Abandonó la actividad política para dedicarse a sus estudios de teología y derecho. Debió exiliarse en diferentes taifas de Al Andalus tras la crisis del califato, exilio que le llevó a recorrer varias taifas: Sevilla, invitado por Al Mutadid o la taifa de Mallorca. La célebre quema pública de sus libros en Sevilla le inspiró un conocido poema que dice:

"Dejad de prender fuego a pergaminos y papeles,
y mostrad vuestra ciencia para que se vea quien es el que sabe.
Y es que aunque queméis el papel
nunca quemaréis lo que contiene,
puesto que en mi interior lo llevo [...]

Vivió en el barrio de los altos funcionarios palatinos, contiguo al alcázar de al-Zâhyra. Parece que incluso entraba con frecuencia a ver a Al-Mansûr, que al parecer era muy amigo de los niños. Todo ello lo atestigua su íntimo amigo Abu Amir Ibn Suhayd , hijo de otro empleado de palacio. Probablemente el niño Ibn Hazm tendría alguna vez fortuna y disfrutaría de la intimidad de aquel complejo ser que era Al-Mansûr, más humano y accesible, por tantas razones, que el hierático y exagüe Califa a quien había suplantado.

A temprana edad, se asomaría Ibn Hazm, con musulmana precocidad, al mundo, es decir, a los primeros amoríos con las esclavas de su casa y de su familia, a leer todo lo divino y lo humano, a frecuentar los cursos de los más célebres profesores de la capital del Califato andalusí, desde los más ascéticos a los de más osadas ideas, y a trabar con todos los jóvenes de su edad relaciones, afectos y amistades. El desencadenamiento de la guerra civil vinieron a turbar radicalmente la tranquila existencia de los jóvenes estetas cordobeses

El destronamiento de Haksam II y la ascensión al trono de Muhammad Al Mahdi terminó con la destitución de Ibn Hazm, quien hubo de dejar el asolado barrio de Al Zahyra para retornar a los abandonados lares de Balat Mugît. Cuando el 23 julio 1010 fue asesinado Al Mahdi, tras su segundo reinado, y entronizado de nuevo Haksam II, parecía que la familia de los Banû Hazm habría de volver a su antiguo predicamento. No fue así. El complejo juego de la política y la cauta conducta seguida hasta entonces indispusieron a Ibn Hazm con el nuevo valido, el general eslavo Wâdih, que lo persiguió, encarceló y confiscó sus bienes. La familia, entonces, se hizo legitimista rabiosa y participó en un complot antieslavo que fracasó y produjo a Ibn Hazm nuevos sinsabores.

A fines de mayo de 1013 la capital del Califato se rendía a los bereberes. Sulay-mân al-Mustaîn entraba de nuevo en ella como Califa, y comenzaba, para durar dos meses, el feroz saqueo de Córdoba, con incendios, matanzas, asesinatos y destrucciones. La casa de Ibn Hazm en Balât Mugît quedó del todo arruinada, como nos cuenta en una célebre página de "El Collar", e Ibn Hazam hubo de emigrar a Almería el 13 julio de 1013.

Poco les duró el nuevo y agradable asilo y es que, habiendo oído hablar de que en tierras valencianas había surgido un nuevo pretendiente omeya que formaba un ejército dispuesto a avanzar contra los hammudíes y decidido a restaurar la unidad del Califato, ambos conspiradores mozos, es decir, Ibn Hazm y su compañero, no duraron un momento tomar pasaje en una nave que los condujera al Levante. Como se sabe, los beréberes atacaron fieramente al ejército asaltante, sus soldados quedaron fugitivos, exterminados o prisioneros. Entre este último grupo debió de figurar Ibn Hazm, que, según nos informa en "El Collar", había ido previamente, seguro que a hurtadillas y para gestiones políticas, a Córdoba en febrero-marzo de 1019. Tras el cautiverio beréber, Ibn Hazm se retiró a Játiva, donde, probablemente hacia el año 1022, a instancias de un amigo, escribió "El Collar de la paloma", contando unos veintiocho años.

Vuelve la restauración omeya a Córdoba en el año 1023, e Ibn Hazm regresa a Córdoba, donde es nombrado visir junto con su amigo Ibn Suhayd. Este gobierno, emula o supera en brevedad a los anteriores y termina en apenas un mes. El 17 de enero 1024, Ibn Hazm terminó de nuevo en la cárcel.

Al salir de prisión, el desengañado ministro renunció de modo definitivo a la ciencia jurídica-teológica, por la que siempre se había interesado, aún en medio de los innumerables azares de su carrera. Pero lo único a que no pudo renunciar, porque lo llevaba en la sangre, es al espíritu de inconformismo, de originalidad y de audacia revolucionaria que siempre presidio su vida. Cuando se prohibió la enseñanza Ibn Hazm escribió: ”Puesto que así lo quieren, seré un sabio perseguido” y se consagró en pleno a la ciencia. Desde entonces se empieza a saber menos de él.

Aún teniendo en cuenta la avanzada edad que alcanzó, verdaderamente asombra la labor que en todos los terrenos de la especulación intelectual realizó Ibn Hazm. Bastará decir que entre esas obras, sin contar el juvenil Collar de la paloma, figuran algunas de primerísima importancia en la ciencia musulmana de todas las épocas, y alguna de tal aliento y ambición que sólo en la Europa del siglo XIX ha podido encontrar paralelo.

Ibn Hazm murió en Montíjar (Huelva) el 15 de agosto de 1063.

Su obra más famosa es “Tawq al-hamama” o El Collar de la Paloma un libro de reflexiones sobre la verdadera esencia del amor, intentando descubrir lo que tiene de común e inmutable a través de los siglos y las civilizaciones de influencia neoplatónica, que fue llamado "amor udrí", genero similar al "amour courtois" (amor cortés) provenzal, incluyendo detalles autobiográficos y documentales. Constituye también un diwan, o antología poética de tema amoroso, pues está empedrado de composiciones elegantes y refinadas. El Collar de la Paloma está considerado el más bello libro de amor de la literatura árabe.