Alejandro Sánchez Penalva, seudónimo Alejandro Ahumada nació el 2 de Septiembre de 1950 en Huéscar - Granada, Poeta Granadino.
Adscrito a la Generación del 90, destaca por la hondura y autenticidad de sus poemas, reflejo de su compromiso poético. Su interés por la literatura a los 15 años lo llevó a profundizar en la obra de algunos clásicos, como García Lorca, que posteriormente tuvo una marcada influencia en sus poemas, especialmente en los de su etapa adulta. También conoció la producción de autores como Rubén Darío o Antonio Machado.

Y participó en las tertulias literarias locales organizadas por la poeta Esther Simóes en La Casa Poética de Portugal, donde encontró lo relacionado con la que luego fue su inspiración de muchos de sus poemas. Después de muchos años y por circunstancias de trabajo deja la Poesía por falta de tiempo, y cuando se prejubila en 2009 vuelve al mundo Literario con una nueva ilusión y entra a formar parte en el Centro Artístico Literario El Semillero Azul, en San Juan Déspi – Barcelona. Donde desde el año 2012 es el residente de dicha entidad, y Coordinador y socio fundador de la Asociación de Escritores del Altiplano de Granada y Pozo Álcon, Jaen.

Según Alejandro Ahumada: Más de la mitad de nuestras acciones en el día las hacemos inconscientemente. Caminar, desayunar, mirarnos en el espejo, observar cosas o personas. Nos encontramos rodeados de flores tan bellas como las estrellas y no lo notamos. Hablamos con la persona más importante en nuestra vida.

Y por momentos nos perdemos en nuestros propios pensamientos. Frecuentamos más amaneceres de cielos azules y rosas de los que nos podemos imaginar y rara vez miramos hacia arriba y disfrutamos de la vista. Hay tanto en este mundo, tantos aromas maravillosos, tantos sonidos fascinantes, tantos sabores irresistibles, tantas caricias significativas, tantas palabras bellas y todo y mucho mas se nos olvida o no le prestamos importancia. Es tanto que nuestra mente solo se cree capaz de aceptar un cuarto de abundancia de la que está alrededor.

Es triste. Es lamentable pues entre uno más está consciente de lo que tiene más lo puede valorar. Y lo más deprimente es que la mayoría de nosotros solo empezamos a notarlo cuando ya lo perdimos, cuando estamos a punto de perderlo todo. Pero hay millones de personas escriben diarios en los que plasman vivencias anécdotas situaciones e ideas, son gentes que escriben hechos marcando su vida amparados en la suerte del recuerdo, escriben porque prefieren asegurarse en un soporte físico plasmando en papel aquello que no desean dejar a merced del olvido, ahora con la aparición de las nuevas tecnologías se van quedando en un ordenador, ero el diario que yo deseo ofrecer es diferente.

Es verdad que todas las cosas que pasan a lo largo de la vida, situaciones personales hechos o sentimientos, todo constituye una sucesión de cosas que merecen ser reflejadas en un diario, un diario es un manifiesto lleno de pensamientos de sueños de anhelos.

Emociones que uno a veces considera tan importantes que siente la obligación de dejarlas escritas para que todo el mundo pueda disfrutar de ellas con todo lujo de detalles, así yo quiero dejar escritas las cosas que me han nacido tan sentidas a lo largo de la vida y en los latidos de mi corazón. Y digo esto porque hemos llegado a un punto de la sociedad donde existe un método científico y donde la lógica considera a la gente como yo, poseedor de sueños, casi como una especie en extinción que tiene un problema o una alteración de la capacidad cognitiva.

Porque ahora todo está diseñado para que la gente responda a unos parámetros estandarizados, todo está estudiado para que cada individuo responda a un estímulo perfecto, todo está estratégicamente preparado para que dé una respuesta estándar.

Hace unos años yo pertenecía a esa clase en extinción, respondía a esa máxima y forma de ver la vida. Sin embargo después maduré bajo el amparo de un sueño: me propuse ser feliz y disfrutar cada momento. Desarrollando mis inquietudes individualmente basándome precisamente en que cada cual es responsable de la sociedad y no al revés. Al comprender esto es cuando verdaderamente valoré y paladeé la libertad que me otorgaba mi condición de ser humano, empecé a conocer una libertad que me permitía elegir mi destino frente a la imposición del bien y del mal, elegí ser feliz haciendo lo que me agradaba y dejando que la sociedad siguiera siendo como era.

Comprendí que mi Biblia se resumía en un solo mandamiento; Vivir y dejar vivir, ser fiel a mí mismo y cultivar mis sueños, porque había nacido así, lleno de sueños… y casi lo había olvidado. Por eso hora me he decidido a plasmar todo lo que pasa por mi mente en un diario de poesías, llenarlo de mis sentimientos y si a alguien le parece bien pues que lo disfrute, incluso le ánimo para que lo haga también y comprobará que es la única forma de encontrarse uno así mismo.

Biografía proporcionada por el propio autor para www.poetasandaluces.com.
Gracias Alejandro!