CECILIA BÖHL DE FABER (FERNÁN CABALLERO)
Cecilia Böhl de Faber (Fernán Caballero) , Poetas Andaluces en www.poetasandaluces.com

BIOGRAFÍA

CECILIA BÖHL DE FABER LARREA universalmente conocida por su pseudónimo literario de "FERNÁN CABALLERO, nació, en Morges, Cantón de Vaud, Suiza el 24 de diciembre de 1796, por casualidad, ya que sus padres estaban en un viaje de negocios. Hija del cónsul Juan Nicolás Böhl de Faber y de la escritora Francisca Ruiz de Larrea y Aherán (más conocida como Frasquita Larrea), manifestó desde muy niña su vocación literaria, gracias al influjo de sus padres y a una esmerada educación en un selecto internado francés de Hamburgo.

En 1813, regresó con su familia a la ciudad de Cádiz. El 30 de marzo de 1816 contraía matrimonio con el capitán de infantería Antonio Planells y Bardaxí. La pareja se tuvo que mudar a Puerto Rico, ya que su esposo había sido destinado a dicha plaza. El matrimonio duraría poco por el fallecimiento de Antonio y Cecilia hubo de acogerse al amparo del capitán general de la isla, hasta que pudo reunir fondos para regresar al hogar que seguía ocupando su familia en Cádiz.

Después se trasladó de nuevo a Hamburgo, donde vivió con su abuela. Algunos años más tarde se mudó nuevamente a El Puerto de Santa María, España, donde conoce a Francisco Ruiz del Arco, marqués de Arco Hermoso, con quien contrae segundas nupcias el 26 de marzo de 1822. La pareja se establece en Sevilla donde Cecilia tuvo ocasión de integrarse en los principales foros políticos y culturales de la capital andaluza, muy frecuentados por su nuevo esposo. Debido a que Francisco enferma de tuberculosis, se trasladan varias veces hasta afincarse en Dos Hermanas (1823). En mayo de 1835, Cecilia enviuda nuevamente.

A raíz de su nueva viudez, Cecilia Böhl de Faber que, hasta entonces, se había dedicado al cultivo de las letras sin ningún interés profesional, como quien se entretiene en una afición de escasa relevancia, decidió tomar personalmente las riendas de su vida. Comenzó a dar rienda suelta a su gusto por la literatura y emprendió un largo recorrido por Europa que la condujo, después de haber visitado varias poblaciones alemanas, hasta Londres, en donde, haciendo gala de esa libertad recién conquistada, se enroló en una aventura amorosa con Federico Cuthbert.

Tas la muerte de su padre acaecida en 1836, y de nuevo en España, conoce al que seria su tercer marido, el joven pintor Antonio Arrom de Ayala, diecisiete años menor que ella y gravemente enfermo de tuberculosis. Dado que el joven pintor no podía de asegurar las necesidades económicas básicas de la pareja, debido a su enfermedad, Cecila decide dedicarse de forma profesional a la literatura.

Como tantas otras escritoras de la época en la que no era fácil publicar bajo el nombre de una mujer, tuvo que valerse de su pseudónimo, que tomó de la población ciudadrealense de Fernán Caballero (aunque también escribía utilizando el de Corina), para que sus obras pudieran ser publicadas. Llegaron, entonces, las primeras colaboraciones en algunas revistas tan difundidas como "La Moda", "La Ilustración" (Madrid) y "Álbum de las Bellas" (Sevilla). Mientras se hacía con un cierto prestigio literario gracias a estas colaboraciones, comenzó a ocuparse de la publicación de esas narraciones breves y novelas que había venido escribiendo, por afición, desde mucho tiempo atrás, y fue así como empezaron a llegar a manos de los lectores algunos títulos tan significativos de su obra estrictamente creativa como "La hija del sol" (1851), "Cuadros de costumbres populares andaluzas" (1852), "Lucas García" (1852) y "Clemencia" (1852).

En 1853, Ceclia se quedó en España atareada con sus proyectos literarios, cuando Antonio Arrom fue nombrado cónsul de España en Australia y se embarcó rumbo a Sydney. En ese periodo de separación del matrimonio, escribe "Lágrimas" , "La estrella de Vandalia" y la que es considerada por críticos y lectores su obra maestra, "La gaviota".

En mayo de 1859 regresa su esposo muy mejorado de salud, pero la felicidad durará poco. Presa de la desesperación por la traición de un socio, Antonio se suicida, dejando a Cecilia de nuevo sola y en una delicada situación económica. Los duques de Montpensier la ampararon y la propia reina Isabel II le brindó una vivienda en el Patio de las Banderas del Alcázar de Sevilla. Casa que tuvo que abandonar cuando la revolución de 1868. Se instaló entonces en una modesta casa, donde,tuvo el honor de recibir la visita de la propia Isabel II y de la infanta Luisa Fernanda, que la honró con su amistad y compañía durante sus días postreros.

Cecilia Böhl de Faber (Fernán Caballero) moría el 7 de abril de 1877, a los ochenta años, dejando tras de sí un extenso y brillante legado literario y periodístico que la convirtió en una de las pioneras de la narrativa femenina española, y tal vez en la primera mujer que en España se dedicó profesionalmente a las letras.