GUTIERRE DE CETINA
Gutierre de Cetina , Poetas Andaluces en www.poetasandaluces.com

BIOGRAFÍA

Gloria de mi dolor, bien de mi pena,
de todo mi pesar sola alegría,
fuego que hace arder mi fantasía
del más sabroso ardor que amor ordena



GUTIERRE DE CETINA, poeta del Siglo de Oro Español, nació en Sevilla, en 1520. De familia noble y acomodada, dedicada al Comercio y la Administración, y proyectada hacia las Indias en busca de mejor fortuna.

De poesía bucólica que entona quejas amorosas en las riberas de su Betis natal, están llenos sus años juveniles. Pronto se enrolará en los ejércitos de Carlos I, por lo que vivió desde 1538 hasta 1548 en Italia, donde fue soldado. En ese país entró en contacto con la lírica de Petrarca que tanto habría de influir en él, al igual que la del valenciano Ausiàs March y la de Garcilaso de la Vega. Pasó mucho tiempo en la corte del príncipe de Ascoli, al que dedicó numerosas poemas, y frecuentó también a Luis de Leyva y al insigne humanista y poeta Diego Hurtado de Mendoza.

Adoptó el sobrenombre pastoril de Vandalio (“el andaluz”) y compuso un cancionero petrarquista a una hermosa Laura que cabe identificar con Laura Gonzaga. A tal dama está dedicado el famoso madrigal que ha pasado a todas las antologías de la poesía en castellano. Madrigal que figura entre “Las cien mejores poesías líricas de la lengua castellana”, escogidas por Menéndez Pelayo entre lo mejor de la literatura española antigua y moderna.

En su poesía abundan los sonetos cuya fórmula consiste esencialmente en la traducción de un pensamiento amoroso de Ausiàs March o de Petrarca en los cuartetos y un desarrollo posterior personal en los tercetos.

En 1554 volvió Cetina a España y en 1556 marchó a México, donde ya estuvo entre 1546 y 1548, con su tío Gonzalo López, que se dirigía allí como contador general. Allí se enamoró otra vez de una tal Leonor de Osma, y bajo su ventana fue herido de muerte en 1557 por Hernando de Nava, un rival celoso.

De mí dirán: «Aquí fue muerto un hombre
que si al cielo llegar negó su suerte,
la vida le faltó, no la osadía.»