ANTONIO MACHADO
Antonio Machado , Poetas Andaluces en www.poetasandaluces.com

BIOGRAFÍA

ANTONIO MACHADO RUIZ, nació en Sevilla, España, 26 de julio de 1875 y murió en Collioure, Francia, 22 de febrero de 1939.

“Todo pasa y todo queda,
pero lo nuestro es pasar,
pasar haciendo caminos,
caminos sobre el mar.”

Antonio Cipriano José María y Francisco de Santa Ana, fue el segundo de cinco hermanos de una familia liberal. Su padre, Antonio Machado Álvarez "Demófilo", amigo de Joaquín Costa y de Francisco Giner de los Ríos, publicó numerosos estudios sobre el folclore andaluz y gallego Su abuelo, Antonio Machado Núñez, era médico y profesor de Ciencias Naturales. Su hermano Manuel, conocido poeta también, era tan sólo un año mayor. Luego vendrían José, que nacerá en 1879, y que habría de hacer tantos retratos a su hermano Antonio, Joaquín, en 1881 y el más joven Francisco en 1884, nacido ya en la etapa madrileña de la familia. También nació Cipriana, la única niña de la familia que murió muy pequeña allá en Sevilla.

En 1883, su abuelo es nombrado profesor de la Universidad Central de Madrid y toda la familia se traslada con él a dicha ciudad. Antonio Machado completará entonces su formación en la célebre Institución Libre de Enseñanza, (centro de estudios que le marcará profundamente) fundada por Francisco Giner de los Ríos.

En 1889 Antonio comienza sus estudios de bachillerato en el Instituto San Isidro donde cosecha algunos suspensos, entre ellos, curiosamente, en francés y lengua castellana. Más tarde se matriculará por libre en al Instituto Cardenal Cisneros, donde continuará su formación por libre. Machado interrumpe varias veces sus estudios, afectado por los problemas económicos de su familia tras la muerte de su padre por tuberculosis en 1893. El influjo familiar y su centro de estudios marcarán su camino intelectual.

En 1895 muere su abuelo a la vez que su hermano menor, Joaquín, emigra a Guatemala. Es en este año, y en una tertulia, donde Antonio conoce a Valle-Inclán y a Eduardo Benot, con quien colaboraría un año más tarde en los trabajos del “Diccionario de ideas afines”. En 1899, Antonio Machado viaja a París, donde vive su hermano Manuel, y trabaja de traductor en la editorial Garnier. Allí entrará en contacto con, por ejemplo, Oscar Wilde y Pío Baroja. En 1900 forma parte como actor de la compañía de Fernando Díaz Mendoza. El 25 de Septiembre se gradúa, por fin, como bachiller.

En 1901 publica por primera vez poemas suyos en el número 3 de la revista “Electra”. En 1902 vuelve a París y conoce a Rubén Darío. De vuelta a Madrid conoce a Juan Ramón Jiménez, cuya admiración mutua como poetas, se transformaría en una buena amistad. Decía Juan Ramón de los Machado “ Ya están en Madrid los Machado, mayores que nosotros en edad y en todo, firmes sostenes de la poesía nueva”. De Antonio sólo se conocían los dos poemas publicados pero ya era suficiente para que se reconociera en el un poeta “hondo y verdadero”.En 1903 se publica el primer libro de Antonio “Soledades”.

En 1907 publica “Soledades, galerías. Otros poemas” y gana las oposiciones al puesto de catedrático de francés, eligiendo la vacante del instituto de Soria. ¿Por qué un andaluz, como él, elige una ciudad tan lejana y fría como Soria? Dicen sus amigos que solía contestar: “Yo tenía un recuerdo muy bonito de Andalucía, donde pasé feliz los primaros años de mi infancia. Los hermanos Quintero estrenaron ese año en Madrid “El genio alegre” y me dije: Si esto es en verdad Andalucía, prefiero Soria. Y a Soria me fui”. Igual el comentario era algo jocoso y con cierto alarde de buen humor. Cierto es que, como buen admirador de Bécquer, la cuidad estaba muy unida al poeta romántico y la Soria que cantaba igual pudo ejercer cierto hechizo en el alma del nuevo poeta.

Soria representará para el poeta la llegada de una segunda juventud, que hasta entonces él mismo había definido “ sin amor ”. En esta pequeña ciudad castellana, conocerá el amor de su vida, Leonor Izquierdo. Una niña de trece años que llenará con sus risas el alma del hombre poeta. Decían sus amigos que “ Antonio se enamoró de ella en cuanto la vio, La seguía de lejos en sus juegos y paseos por la orilla del Duero, junto con sus hermanillos, entre los chopos y los álamos o tras su ventana miraba el balcón frontero o escuchaba embelesado sus paliques”

Antonio tímido por naturaleza, tardó dos años en decidirse y probablemente no se decidió hasta que tuvo la certeza de que Leonor, le quería o podía quererle. Demasiado tímido para el amor o demasiado sensible al ridículo para arriesgar un fracaso. Recordemos que Leonor tenía catorce años y el poeta, treinta y tres.

Se casaron, tras un corto noviazgo, el 30 de Julio de 1909. Pero esta felicidad durará poco. En 1911 viajará a París al conseguir una beca para ampliar sus estudios, allí Leonor enferma de tuberculosis, mientras Antonio publica en prosa “La tierra de Alvargonzález”. Pero no todo es desdicha, el éxito llega con “Campos de Castilla”, aunque esto no deslumbra al poeta, preocupado por la salud de su mujer. Leonor, muere justo tres años después de su boda el 1 de Agosto 1912, lo que sume a Machado en una gran depresión y éste solicita su traslado a Baeza (Jaén), donde vivirá con su madre dedicado a la enseñanza y al estudio.

En 1917 conoce a Federico García Lorca y en 1919 se traslada a Segovia. En 1932 se le concede un puesto de profesor en el Instituto Calderón de la Barca, de Madrid. Escribe textos en prosa que luego serán recogidos en los dos apócrifos “Juan de Mairena” y “ Abel Martín” .

Con el estallido de la Guerra Civil marcha a Valencia. En 1937 publica su última obra, “La guerra” . En 1939 con la derrota del ejército republicano huye de España y se exilia en Collioure (Francia), donde poco después se produce la muerte de la madre del poeta y la de él mismo con sólo tres días de intervalo. En su bolsillo se encuentra un último verso: " Estos días azules y este sol de la infancia".

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Oración por Antonio Machado

Misterioso y silencioso
iba una y otra vez.
Su mirada era tan profunda
que apenas se podía ver.
Cuando hablaba tenía un dejo
de timidez y de altivez.
Y la luz de sus pensamientos
casi siempre se veía arder.
Era luminoso y profundo
como era hombre de buena fe.
Fuera pastor de mil leones
y de corderos a la vez.
Conduciría tempestades
o traería un panal de miel.
Las maravillas de la vida
y del amor y del placer,
cantaba en versos profundos
cuyo secreto era de él.
Montado en un raro Pegaso,
un día al imposible se fue.
Ruego por Antonio a mis dioses,
ellos le salven siempre. Amén.

(Rubén Darío)