GLOSANDO A RONSARD Y OTRAS RIMAS IV
'''Bodas de Francisco Romero'''

Porque leídas fueron
las palabras de Pablo,
y en este claro día
hay ciruelos en flor y almendros rosados
y torres con cigüeñas,
y es aprendiz de ruiseñor todo pájaro,
y porque son las bodas de Francisco Romero,
cantad conmigo: ¡Gaudeamus!
Ya el ceño de la turbia soltería
se borrará en dos frentes ¡fortunati ambo!
De hoy más sabréis, esposos,
cuánto la sed apaga el limpio jarro,
y cuánto lienzo cabe
dentro de un cofre, y cuántos
son minutos de paz, si el ahora vierte
su eternidad menuda grano a grano.
Fundación del querer vuestros amores
—nunca olvidéis la hipérbole del vándalo—
y un mundo cada día, pan moreno
sobre manteles blancos.
De hoy más la tierra sea
vega florida a vuestro doble paso.


'''Soledades a un maestro'''

I
No es profesor de energía
Francisco de Icaza,
sino de melancolía.

II
De su raza vieja
tiene la palabra corta,
honda la sentencia.

III
Como el olivar,
mucho fruto lleva,
poca sombra da.

IV
En su claro verso
se canta. y medita
sin grito ni ceño.

V
Y en perfecto ritmo
—así a la vera del agua
el doble chopo del río—.

VI
Sus cantares llevan
agua de remanso,
que parece quieta.
Y que no lo está;
mas no tiene prisa
por ir a la mar.

VII
Tienen sus canciones
aromas y acíbar
de viejos amores.
Y del indio sol
madurez de fruta
de rico sabor.

VIII
Francisco de Icaza,
de la España vieja
y de Nueva España,
que en áureo centén
se grabe tu lira
y tu perfil de virrey.


'''A Eugenio D´Ors'''

Un amor que conserva y que razona,
sabio y antiguo-diálogo y presencia—,
nos trajo de su ilustre Barcelona;
y otro, distancia y horizonte: ausencia,
que es alma, a nuestro modo, le ofrecimos.
Y él aceptó la oferta, porque sabe
cuánto de lejos cerca le tuvimos,
y cuánto exilio en la presencia cabe.
Hoy, Xenius, hacia ti, viejo milano
las anchas alas en el aire ha abierto,
y una mata de espliego castellano
lleva en el pico a tu jardín diserto
—mirto y laureles—desde el alto llano
en donde el viento cimbra el chopo yerto.
Ávila 1921


'''Los sueños dialogados'''
I
¡Cómo en el alto llano tu figura
se me parece!... Mi palabra evoca
el prado verde y la árida llanura,
la zarza en flor, la cenicienta roca.
Y al recuerdo obediente, negra encina
brota en el cerro, baja el chopo al río;
el pastor va subiendo a la colina;
brilla un balcón de la ciudad: el mío,
el nuestro. ¿Ves? Hacia Aragón, lejana,
la sierra de Moncayo, blanca y rosa...
Mira el incendio de esa nube grana,
y aquella estrella en el azul, esposa.
Tras el Duero, la loma de Santana
se amorata en la tarde silenciosa.

II
¿Por qué, decídme, hacia los altos llanos
huye mi corazón de esta ribera,
y en tierra labradora y marinera
suspiro por los yermos castellanos?
Nadie elige su amor. Llevóme un día
mi destino a los grises calvijares
donde ahuyenta, al caer, la nieve fría
las sombras de los muertos encinares.
De aquel trozo de España, alto y roque
hoy traigo a ti, Guadalquivir florido,
una mata del áspero romero.
Mi corazón está donde ha nacido,
no a la vida, al amor, cerca del Duero...
¡El muro blanco y el ciprés erguido!

III
Las ascuas de un crepúsculo, señora,
rota la parda nube de tormenta,
han pintado en la roca cenicienta
de lueñe cerro un resplandor de aurora.
Una aurora cuajada en roca fría,
que es asombro y pavor del caminante
más que fiero león en claro día,
o en garganta de monte osa gigante,
Con el incendio de un amor prendido
al turbio sueño de esperanza y miedo,
yo voy hacia la mar, hacia el olvido
—y no como a la noche ese roquedo,
al girar del planeta ensombrecido—.
No me llaméis, porque tornar no puedo.

IV
¡Oh soledad, mi sola compañía,
oh musa del portento, que el vocablo
diste a mi voz que nunca te pedía!,
responde a mi pregunta: ¿Con quién hablo?
Ausente de ruidosa mascarada,
divierto mi tristeza sin amigo,
contigo, dueña de la faz velada,
siempre velada al dialogar conmigo.
Hoy pienso: Este que soy será quien sea;
no es ya mi grave enigma este semblante
que en el íntimo espejo se recrea,
sino el misterio de tu voz amante,
Descúbreme tu rostro, que yo vea
fijos en mí tus ojos de diamante.


'''De mi cartera'''

I
Ni mármol duro y eterno,
ni música ni pintura,
sino palabra en el tiempo.

II
Canto y cuento es la poesía.
Se canta una viva historia
contando su melodía.

III
Crea el alma sus riberas;
montes de ceniza y plomo,
sotillos de primavera.

IV
Toda la imaginería
que no ha brotado del río,
barata bisutería.

V
Prefiere la rima pobre
la asonancia indefinida.
Cuando nada cuenta el canto,
acaso huelga la rima.

VI
Verso libre, verso libre...
Líbrate, mejor, del verso
cuando te esclavice.

VII
La rima verbal y pobre,
y temporal, es la rica.
El adjetivo y el nombre,
remansos del agua limpia,
son accidentes del verbo
en la gramática lírica,
del Hoy que será Mañana, del Ayer que es Todavía.
1924