PROSA - Casa Azul Marino

CASA AZUL MARINO

A mis cuatro años, me dicen parientes y conocidos de Moguer, yo contaba a todos que vivía en una “casa atul marino” orilla de los Ríos Odiel y Tinto, de marismas ocres y moradas. Yo no me acuerdo de este cuento mío. Mi “casa atul marino” pertenece, sin duda, al reino del mi anterior.

Adolescente, hombre, me he ido a veces por las riberas del Moguer hasta el último molino de Santa, a ver si un aspecto especial de color y luz me recordaba mi sueño azul infantil. Sólo pude sorprender, aquel hermoso mediodía de invierno de mis diecinueve años, una inmensa mariposa con un ala de cielo y otra de río, que se levantó, en la marisma, de la ruina de la casa de Bella Verdejo, al pie de la cuesta de Valdemaría; verdeluz, tejido ingrávido. Hoja y ala azul y agua que atravesó trotando almagra, negro mi caballo Almirante.

Me ha gustado ponerle a este primer libro mío de verso, tan lleno de mis fantasías de niño y de tan medialengua todavía “Casa azul marino”