Catalina de Alberti, italo-andaluza
(Siglo XIX)

Llevaba un seno al aire, y en las manos
-nieve roja- una crespa clavelina.
Era honor de la estirpe gongorina
y gloria de los mares albertianos.

Brotó como clavel allá en los llanos
de Córdoba la fértil y la alpina;
y rodó como estrella y transmarina
perla azul por los mares sicilianos.

Nunca la vi, pero la siento ahora
clavel de espuma y nácar de los mares
y arena de los puertos submarinos.

Vive en el mar la que mi vida honora,
la que fue flor y norte de mis lares
y honor de los claveles gongorinos.

(Marinero en tierra, 1924)