Eres un fiel esclavo del dinero
que atesora tu sádica impudicia;
guardar y más guardar, es tú delicia,
tener y más tener, tú fin primero.

Con el sudor y el hambre del obrero
rindes vano tributo a la codicia,
mientras tu negra vida se desquicia
por la pendiente gris del usurero.

Y en tanto que le niegas tus migajas
al que siega ese pan que te alimenta,
contra el Estado de tú Patria rajas.

Por llevarse un pellizco de tu renta.
¡Más valiese invirtieses tus caudales
en hacer Caridad con los mortales!...

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