YA NO QUEDA NADA DE TODO AQUELLO
Cuando la casa estaba cerrada
y en el almanaque no se tachaban
los días, las horas, a veces,
eran largas en el sofá,
una vida burguesa, solo pensando
en las galletas, en el contorno
del cuerpo, en la habitación
un poco más azulada, en los
territorios conquistados, tantos
amores, una subida de sueldo,
complacida de esperar
la llamada de alguien
para la cena, una charla
que no puedes recordar
la vida no regresa.
Tú estás dentro. ¿Dentro?