NOS SENTAREMOS EN LA MESA DE LOS PARIAS
Pienso en tu casa como un paisaje sin fin
donde tanto madrugan los fríos.

Y no sabemos si febrero se quedará con nosotros
o, tal vez, sea un asunto sin trascendencia,
ahora que la ventisca parece que amaina
y puede que vuelva la floresta y el mediodía.

Pronto otro solsticio llegará con su ley
de buena costumbre y ese sol casi doméstico
que todo lo adorna.

Nos sentaremos en la mesa de los parias
y cortaremos pan de amor con las manos.

Eso nos salva.