HAY HORAS QUE APAGAN EN EL FRAGOR DE LA NOCHE
Hay horas que se apagan en el fragor de la noche
y en el temor a escribir los mismos versos de siempre.

Qué pensar cuando me dices que llueve por Barcelona,
que tanto frío hace o que nuestras palabras
apenas tienen razón de ser si se reducen
a un mensaje proletario o una conversación Movistar
con tarifa de triste memoria.

El telediario nocturno habla
de un Parlament cocido en sus propias esencias,
mientras en el sur la luna refulge tanto
como tu propio eco.

Y la necesidad de regresar a una calle perdida
de Ciutat Vella, donde hay trenes que circulan sin paradas
hasta los confines de tu ser.