EL ESPEJO DE TU NOMBRE
CUANDO te nombro,
parece que está todo escrito.

Que la aurora o la luna
son las mismas de siempre,
repetidas
por los mismos poetas enamorados.

Pero cuando descubro tu mirada,
todo revive.
Cesa el ruido de la calle,
florecen los balcones
y en patios lejanos
los niños imaginan historias nuevas.

Luego, me sumerjo
en Las Ramblas, los turistas
inventan letras para nombrarte
y casi siempre hace buen tiempo.

Y entre los plátanos
se filtra una luz tan limpia
como el espejo de tu nombre,
siempre por estrenar.