POEMA DE LA ALHAMBRA

¡Oh alcázar Naŷd, tú eres la más noble de las mansiones
pues has reunido lo bueno con lo óptimo!
Enorgullécete sobre todos los palacios, si quieres,
y sobre todas las comarcas y regiones.
Tienes tal belleza que no tienes parangón
con los palacios de Bagdad y Gumdān;
se han reunido en ti maravillas
que sobrepasan cualquier idea o pensamiento;
es tu cúpula como una novia que se pavonea
con su belleza seductora en el cortejo nupcial;
el sol borda detrás de sus cristales
vestidos rebosantes de todos los colores;
brilla su belleza y es, a veces, campo de batalla,
y otras, guarida de leones;
su alberca como el mar tiene flujo y reflujo
mientras juguetea el viento con las ramas;
es como un ejército al que se ha ordenado retroceder
y luego vuelve de flanco a sus posiciones;
hacia ella se deslizan arroyos y riachuelos
como espadas desenfundadas de sus vainas;
los leones abren a su alrededor sus bocas
y arrojan coral líquido;
la tierra extiende su verde túnica bordada
que ha tejido la mano de la lluvia;
cuando la lluvia ha servido la bebida,
los árboles agitan sus cuellos de borracho;
los pájaros cantan en árabe
maravillosas canciones y sones.