ME HA VISITADO DE TU PARTE...

¡Ay Dios! Me ha visitado de tu parte una gacela,
pavoneándose orgullosa entre los velos de la tarde.
Tuve que contenerme en su amor, como si fuese Marwan
atemorizado por los escuadrones de Al Saffah
Mas perdí y dejé mi continencia en el desierto,
y monté mi gozo a rienda suelta.
Me ofreció la rosa de sus dos mejillas,
y la recogí con la mirada sin pecado.
Quise abstenerme de su amor, pero no pude,
mostrándole seriedad en medio de la broma.
y dejé que mi corazón fuese, por el ardiente afecto,
como un ave con la que vuelan, sin alas, los deseos.