A CÓRDOBA
Jerusalén del patio y la calleja
si Roma del nivel y la plomada;
meditación en bulto levantada
si llama que en la alberca se refleja;
en andas de ciprés y plata vieja
va la cal de su tarde, ya morada,
gozando, padeciendo la afilada
vacilación de cirios que la aqueja.
Santa Inés en su calle; y en su huerto
la albahaca que sostiene el Martes Santo
de tu Plaza Mayor de los Dolores.
Con ojeras de ver el cielo abierto
transcurre de su dolor a su quebranto
la gente de los ojos almanzores.