LÁGRIMAS BLANCAS
Tengo ganas de llorar en tus hombros
y abrazarte, alma mía;
abrazarte y secar mis lágrimas claras
en tu blanco pañuelo,
bordado con azahar y clavo.

Motivarme entre tus brazos
y hacerte sentir que toques
con los ojos las estrellas,
cuando perciba tu derramado amor
por las curvas de mi cuerpo.

Habla y no calles en el pensar de tus deseos;
¡habla!, porque los silencios matan.
Y no suspires en el paseíllo,
porque la muerte se acerca
y mi vida se apaga.

¡Habla!, y ven a mi cuarto y cerraré la puerta,
con un candado especial con cadenas y llaves.

¡Habla!, y verás la luz gritando embriagada,
al introducirme en tus pechos,
con el veneno de mis labios.

¡Habla!, ¡habla!, que mi entidad muere,

con deseos y lágrimas blancas.

¡Habla!, ¡habla!, que mi alma se congela;
cascadas, ríos, fuentes,
caños y huracanes: penas.