ESTRÍAS
Las estrías de las olas de mi vientre
cubren el agua salada de tus venas,
tendidas en un manto rajado,
en mi Bahía de arena pantanosa.

El sexo de tus manos amanece
cada mañana de sombra incolora
y bebo de tus ocultos y sudorosos pechos,
con los pliegues de mis sedientos poros.

Fuego avivado con silencios,
en la fina agonía de mis deseos.
Carola, al sol, en el parque,
cuando cubro tu cuerpo con mis ramas.

Abades en los surcos del convento,
labran sus rezos con el yugo,
y yo con la miel amarga de mis ojos,
impregno tu piel de algas.