SONETO (Cuando te miro, ô fresno, assí al helado)
Cuando te miro, ô fresno, assí al helado
soplo del Aquilón, calvo la frente,
i al tibio i blando soplo de Ocidente
de purpúreo verdor la cima ornado,

alegre buelvo a mi infelice estado
i esfuerço assí mi coraçón doliente:
«Espera, no importunes al luziente
cielo con vozes i con llanto airado.

Tiempo será que tan crecida pena
acabe, i tu luz gozes, si oprimido
yazes aora en tan profundo yelo.

I si el bolver del incansable cielo
da a un mudo tronco el verde honor perdido,
¿cómo a ti no tu pura luz serena?»