Por donde pasea tu falda,
Aparta su aliento el alba,
Con tu andar volvieron a amar
Las desojadas margaritas que
Duermen en mi ventana.


Por ver tu sonrisa,
Andan con prisa los luceros de la mañana,
En medio de la corriente de un rio
Tu canto pone la calma.

Cambia el sabor de la vida,
De albahaca a rastrojos,
Cuando pasas delante de la mía,
Olvidando que me quería para
Querer a otro.


Como me explicas tu
Que yo olvidarte no quiero,
Que no hay niña en Andalucía
Que guarde tanto arte,
tanto salero.

Como le explicamos ahora,
Al jazmín de tu pelo,
Que mil lenguas dicen que
desprecia mis versos,
Que ningún andaluz es capaz
De decirte de esta forma
TE QUIERO.