Dama, tan claro en vos Amor me muestra de su cautela la experiencia clara que si el alma engañar no se dejara, en vuestro gesto vio la clara muestra. La culpa de Amor fue, la gloria vuestra, la pena mía, y tal, que me bastara sin que os sacara el mal todo a la cara el ciego que por vos mi vida adiestra. El calor de esta fiebre que os ofende ha hecho en mi dolor efecto extraño, muy contrario de aquél que yo temía. A vos os hiela el fuego, a mí me enciende; en vos crece beldad, en mí el engaño hace el deseo mayor que ser solía.