Cuando pienso me da dolor doblado; ningún pensar me da contentamiento; si fuera de pensar deleite siento, ni sé entenderme a mí ni a mi cuidado. Entre mi mal el bien viene mezclado; ni lo sé conocer ni tomar tiento: que en gustando del bien el sentimiento, o se convierte en mal o ya es pasado. En medio del deleite llega luego el recelo del mal, considerando que es un tal bien un poco de agua al fuego. Así el monstruo marino está llorando mientra el cielo y el mar muestran sosiego, de futura tormenta recelando.