UN GUIÑO, UN CÓMPLICE, UN DESEO (III)
Esta ciudad de huelga intermitente,
sus avenidas largas como látigos,
y plazas que recuerdan viejas citas,
y nombres que los tiempos han borrado.


Esta ciudad con obras infinitas,
con bosques de cemento amurallado,
con virgen, botellón y agua bendita
y muertos que descansan solitarios.


Esta ciudad que sabe de nostalgias,
de poderes, de guerras que han pasado,
de copas, de bohemia, de la noche,
de música y poetas entregados.


Esta ciudad que baila con tu cuerpo
a ritmo de boleros o de tangos,
que sueña con tus labios, se emborracha
y luego llora cuando te has marchado.


Esta ciudad sin duda no es la nuestra,
o tal vez se parezca demasiado.