Definitivamente parece confirmarse que este invierno que viene, será duro. Jaime Gil De Biedma Quizás sólo nos falte ser algo menos jóvenes. Luis García Montero De tu primera imagen conservo la sonrisa, el nerviosismo y una aburrida clase de francés. Porque fueron los días primeros del otoño, con humo en los pasillos y sin prisas todavía por vernos. Después llegó la cita, la primera. Y la primera vez que te fallaba, y las primeras gotas de un café derramado sobre el foso común del sentimiento. Granada tenía entonces esa complicidad de Celestina, una arrogante forma de mirarme casi al pie de la Alhambra, Paseo de los Tristes, tras ponerte mi abrigo y a conciencia. Cómo también después del primer beso nos quedó cierto extraño sabor de irrealidad, y mojaste los labios en mi copa, entera, desprendida. Recorriendo las calles cansadas por los años hicimos nuestro pacto con la historia, enfrentando el viaje con maletas de náufrago, vacías, esperando llenarlas lentamente de la vida que pasará sin duda por mis versos. Supongo que después de algunos años, cuando seamos algo menos jóvenes y el invierno que venga sea duro, podremos seguir juntos las huellas de unos días contados desde ahora, la resaca de tardes de añil promiscuidad, una vez aprobada la última evaluación de estas páginas escritas con mayúsculas y letras góticas y aún por terminar…