AMADA, QUE LA MUERTE NOS RODEA...


Amada, que la muerte nos rodea
por todas partes. Ronda de enemigo
nos hace día y noche, y se pasea
por entre nuestras voces. No consigo


eliminarla, y cómo se recrea
en nuestra finitud. Estoy contigo
y no estoy, que mi alma se alabea
hacia la tierra de esa muerte. Sigo


amándote, no obstante. No hay manera
de hacerme claudicar: cuanto más mire
nuestra felicidad, más serás mía;


y seré tuyo como quien no espera
más muerte que este beso cuando expire...
Para seguir con otro la agonía.


Finalista del Premio de Poesía Hipálage 2008
(Editado en papel)