¡Anda, cielo, dime que sí! El cielo, Como una adolescente enamorada, dejándome su mano entre las mías dice que sí y que no con sus estrellas. - Y se sonríe y llora mostrándome la espléndida hermosura de la inseguridad.- ¡Oh, qué duda, qué afán, qué insomnio! este no abandonar mi ilusión bella, ese no querer más que esperar loco. este no saber nada de las rosas de la futura primavera; de este presente casi cierto! ¡Y pasan noches, noches, noches, sin dormir yo, saliendo yo, desvelado, a ver el cielo verde de madrugada; estático, esperando el sí suyo a mi alma!