ELLA ES UNA MUJER PURA Y HABITA LAS SEIS DE LA MAÑANA.
Ella es una mujer pura
y habita las seis de la mañana.
Y vela por nuestra vuelta
a casa a esa misma hora,
y brilla en las lunas
de los coches
como un lucero omnipresente.
Ella insiste en la madrugada
y su leve rumor de gatos,
y se disuelve entre las calles
como una brisa
de aquel verano
en que ella vestía de azul
y besaba con los dientes.
Ella recuerda a un ángel
y su anatomía luminosa,
ella es regeneración
y una fuente de mi sangre,
y congela el mundo
cuando sonríe
y airea los huesos
líquidos como vinagre,
pero se duele en los espejos
y no se encuentra las alas.
Y ahí las tiene,
cortando el aire
con caricias,
tan pálidas y tan frágiles,
de ese color dorado
como la luz presa
en los eclipses.