DESNUDO DE LA GACELA


Antes de la noche cíclica,
del mar y las tristes escamas,
de la gacela descendió su desnudo:
nombre exacto del cuerpo.

¿Quién vive en él sino 
las dunas besadas de lo vivo,
quién puede pronunciarlo
sino la lengua del alba?

El tiempo y sus seres 
se miran sorprendidos frente 
al temblor dichoso de la piel intacta.

“Lugar de las gacelas”