GACELA Y NADA


Junto al rito inmemorial de la presencia,
           			el vacío íntimo.
Junto a las sedes de las formas, 
 			el espliego invisible.


Cuerpo  de la gacela vibrando 
      			en  el valioso eco de la nada,
cuerpo de la gacela morando 
    			la trascendencia del desierto.


Sopla el viento de la noche: 
			nadie en el viento;
nadie y brote hacia el fondo 
			de su secreta epifanía.


“Lugar de las gacelas”