Diez noches atrás alguien se disfrazó de instante y fue golpeando las puertas. Los vecinos salieron asustados, pero ya había desaparecido. Algunos dijeron que se trataba de un forastero, otros, que corría muchísimo. Los más optimistas exclamaron que poseían al fin una extrañeza. Pero nunca volvió aquél sonido imprevisible y nuevo. “La mirada inicial”