Pues estás solitaria, atalaya impasible, ¿Qué observas? ¿ A qué aguardas? Diosa de negra piedra, calor de los torreros, lugar donde la luz... ya no acoges a nadie, altanera y altiva en tu nostalgia. Reina de la bahía, que haces tuya. ¿Qué te acecha? ¿ qué esperas asentada paciente en tu montículo? Aspero, rocoso, accidentado entorno que protege tu paz imperturbable. Mijas Costa, Marbella, Punta de Fuengirola y el cabo de Barbetium, te silencian. Ya no te canta Avieno en su oda del mar Mediterráneo. ¿Quién vendrá por las olas (fantasma en el pasado) memoria del Atlántico, de anémonas y congrios, asediando tu playa, a profanar tu cuerpo redondo y deslucido. ¿Qué brazos abarcando recuerdos revivirán la historia y tu hermosura, tu bravura gallarda, tu pertinaz locura de vigía, tu altivez de alta torre -almenara en la noche- en vigilia de siglos?. Hoy el faro, que tiene tu nombre y tu reemplazo, con el ojo de fuego (Polifemo en la orilla que aguarda su venganza) te gana la partida.