El oro y el moro, y el fuego que, detrás, pone el viento que quema. El oro y el moro que teje tapices de lanas y sedas. Con aires de fuego están hechos los rojos, los verdes y azules; la lana trenzada y tejida con brasas, de abril hasta octubre. La brisa del Sur en invierno, y el oro fraguado en la roca, telares de ensueño refrescan, y el dátil, surcando la boca. El oro y el moro y el fuego -la vieja y vivaz fantasía- y como en las mil y una noches, volando en la alfombra la vida.