El árbol, la mañana, el pensamiento, todo en azul volcado y construido; todo en azul desde el primer momento: la tierra, el corazón, el blando nido. La sombra de la casa es amplia y queda dentro de la caricia de su ambiente un aroma de arroyo y de arboleda que se entró con el aire y el relente. El árbol, la mañana y este anhelo de volar con los pájaros en vuelo que no termine nunca. Con el nido debajo de las alas, y en la rama de un árbol y otro árbol, que la llama de la canción revele su sentido.