Árbol de sol colgando en la noche, tu pelo caía, escala de oro por la ventana abierta. La luna helaba, fría, con su gumía el cielo plafonado. Nieve azul en la estrella mayor, ojo de oro sobre el negro absoluto. La escala caía de la ventana honda. Decoración de noche, de campanario y de estrellas. Y la canción decía: Sobre tus ojos se ha caído mi alma; en el fondo, en el fondo la veo, guija perdida en la laguna. ¿Qué vas a hacer de mí si dentro no tengo más que la penumbra, como esta noche metida está en la tierra? ¿Qué vas a hacer de mí, que vivo loco, vacío de mí mismo? Bosque de oro que cuelgas en la noche, luna aturdida en árboles de otoño, mía sin serlo, sol de la noche. Mi alma se cayó en el fondo sombrío de tus ojos de espejo. Déjame que suba, déjame que suba por la rampa de oro de tu pelo. En el jardín, la risa de una estrella. La rueda de color