Uno. Por todas partes que miro sólo veo el número uno. El número uno fatídico: I árbol I pájaro I hombre El sol, solo en su soledad, la luna, una en su unidad, y yo, como un miembro amputado me desangro sobre la mesa del café como en un quirófano. Y mis ojos llenos de luz lejana, y mis manos extendidas miran instintivamente hacia el Sur. -¡Oh, aquella canción!, I árbol I pájaro, I flor Pero entre los ojos vivos de los dos dos. [Grecia, núm. 48, 1920]