VIERNES. LUNA ROSA


Ahora que la ciudad se ha descompuesto
habrá que confiar en lunas rosas.
Ahora que los dos codos ya no irrumpen
tendremos que afilar las uñas rosas.

Caminas de puntillas por los charcos,
los rótulos te incitan a que tosas.
Pídeme que te enseñe los desórdenes
y a mi equipaje quitaré una rosa.

Sin esperanza vas, pero te envidian
los muertos muertos bajo las baldosas.
Todos amaban a la luna blanca
y sólo hay lunas hechas polvo rosa.

Corren las niñas siempre ensimismadas
para estrujar gacelas incoloras.
En la ciudad la gente está aturdida.
Nadie tendrá una muerte entre las rosas.


(Urbi et Orbi)