Hoy he vuelto a visitar mi Córdoba amurallada, la de estrecha arquitectura, la de adoquín, la de plaza, esa que huele a jazmín que tiene rejas bordadas con patio de luz abierto, con fuente en medio, ¡con agua!, limoneros y azahares la fresca sombra y persiana. Hoy he vuelto a pasear por esa Córdoba amada, he recorrido sus calles cuya paz adora el alma, y en una de sus placitas con rejas en la ventana donde el naranjo da sombra y el silencio pone calma, me detuve yo un momento saboreando la pausa. Hoy he vuelto a disfrutar del velador en la plaza, de un vino y aperitivo del sol a media mañana, no he tenido compañía... ¡Tampoco la echaba en falta! porque sola yo he sentido que el pensamiento me hablaba, y ese tranquilo vivir me lo está pidiendo el alma.