En el embarcadero hay un hombre olvidado que apura las almendras de una servilleta y observa, indiferente, un beso a pie de dársena. A su paso, las raíces del amor crujen como una silla desvencijada. Una amarga silueta de cianuro le espera junto al muelle. Del libro Coma (XIII Premio de Poesía Hiperión), Madrid, Hiperión, 2008.