EL SECRETO DE HEIDI - Luna menguante
EL SECRETO DE HEIDI - Luna menguante


Y si alguna vez me preguntan quién es Heidi, respondo: 
manzana es una extraña forma del invierno. 
Su acidez, el escalofrío de saberse en el camino acertado; 
su aspereza, el beso envenenando de todas las leyendas. 
Quien quería saber esto se asemejaba a esos sastres 
que muestran todos los versos que riman 
cogidos con alfiler a su traje carísimo. 
Dime alguna metáfora bonita , hurgaba en mis calcetines. 
Muerte. Eso no es una metáfora. ¿No? Dime algo más hermoso. 
Una sola palabra no rima con nada. ¡Herejía!
Se fue con sus versos, todos iguales, como la ropa de Heidi. 
Aquí dejó sus dientes. Al verlos supe que soy 
todas esas veces en que mi espalda era un tobogán 
y alguien se deslizó por ella sin pagar: 
soy la pegatina que no viene con ningún chicle. 
Chicles que saben a fresa como los lóbulos de Heidi. 
Heidi afila cuchillos para cortar la tarta, 
deseando mancharse con la palabra chocolate. 
Después, uno a uno, los soldados le chuparán 
la barbilla cuando sea febrero, por ejemplo. 
Cuando se derrita la tarta que hice en casa. 
Entonces la palabra luna se me zambullía en el ombligo. 

(De Mi primer bikini)