LA AZUCENA
Lóbulos deshilachados de un blanco purísimo que al cogerlos
se colorean de amarillo intenso.
El número de sus estambres si los cuentas son seis,
sin olvidar al espía que es el séptimo.
Todos ellos se resguardan amorosamente en su regazo
cual si ella fuera una madre que velara con celo
por un niño aún lactante.
La límpida piel de su piel de su pecho se impregna
del perfume profundo
azafranado que exhalan sus cabecitas
Su tibio olor y su maravilloso y bello aspecto
invitan al amor y a la pasión.