Pues me desdeña, no saluda si me lo topo. ¡Ay lo que Allah me ha echado encima con tal cariño! Para el amor de estos hermosos no hay medicina. Da igual que ante ellos nos quejemos o estemos mudos. A Allah no temen cuando tratan así al amante. Son genios bravos (¡Allah nos libre De genios tales!). Piedad no tienen del amante, con verlo triste, ni saben cuánto sufre el pobre con lo que cata, al menos que a catar lo mismo des den a ellos. No más favor me da que celos y que congojas, y a el no consigo unirme nunca más que en deseos; mas no deparan dicha a nadie para a la mía cuando soñando le doy besos o si lo abrazo.