EL QUEDARSE SIN VINILLO

El quedarse sin vinillo
para mí es lo más odioso.
¡Por Mohammad, encomedadme,
porque Allah perdón me otorge!
Tal es cual lo ves el mundo.
Gana tiempo, pues, y aviva.
No hay día ni hay noche
que tu fiesta no celebres.
Sacia en él tus apetitos
antes que la muerte llegue.
¿No tendrías por desgracia
tu morir, viendo el mundo?
A mi ver, rato sin vino
Fáltale gracia y salero.
¿Qué es un día sin descoco,
qué es un día sin holgorio?
Por placer, placer no tengo
ni por huelgo doy al huelgo
si no me entra entre los labios
labio de copa con vino.

¡Si las copas de mi casa
viese, cuando se echa vino!
¡Qué amiguito, si me amase!
¡Qué vinillo si durara!
Si vinieses, viera cómo
las Cabrillas echan vino,
pues como ellas son los vasos
que te pasan por encima.
¡Qué vino hay aún en mi casa!
¡Qué amigo hay a mi vera!
Si Allah verme te dejara
y a mi amor viese conmigo,
el tazón lleno en mi mano
y el hermoso entre mis brazos,
al sol vieras en mis dedos
y en mis brazos una luna.

Porque Allah me ha concedido
lo que ha todos ha negado,
que como estas glorias mías
ni la hubo ni ha de haberlas.
No hay imperio como el mío,
Salomón, tras de tu imperio.
Como yo lo ‘Abbâsíes
Fueron sólo, o los Omeyas.

Tras beber tu copa, amigo,
cuando duermes me parece
que con un algodoncito
pasan lacre por tu cara.

Sólo amarte me acomoda........
¡Ea, ven! Conmigo acabas,
más te digo: <<¡pronto, pronto!>>

Si quisieras escucharme,
me quitarías estas penas,
y mi mano si tomases
y me dieses un besito,
con dejarme para siempre
tu boquita entre la mía,
volar vieras mi alma, alegre,
más allá de las Cabrillas.
Una cosa he de decirte;
Menester es que pregunte:
¿Eso de tu boca es agua,
o es azúcar desleído?
Busco en Allah refugio, amigo,
de que te remontes, cuando
váse a ti mi boca en busca
de una gota de esa agüita.

Mas cortó mis argumentos
con decirme: <<¡Bueno, basta! ¿Qué quieres?>> 
Me da lo mismo
que estés cerca o que estés lejos.
Y es que voy con calzas rotas,
raído el manto de alfaneque,
y heme con el pelo en greñas,
cual bandido es despoblado.
Largos haz, Señor, mis días
hasta que de vivir me harte,
y haz que deje entre mis hijos
un borracho y un putero
para que de él y mí diga
quien lo vea y quien me vea