SONETO

Te llevo, aquí, para la estampa, viva,
volada de palmeras y azahares;
un cortijo de cal a la deriva
navegando en tu bata de lunares.

Te quedaste y te traigo en la solapa
prendida de alfiler para la cita,
fina de mar y de resol y mapa
y al viento azul de mi palabra, escrita.

El Sur clava rejones en el lomo
de este recuerdo, toro que me embiste,
bellísimo, en la arena de mi reto.

Y un ocaso de tórtola y palomo,
arrullo quema y púrpura desviste
en la torre con luna de esqueleto.