Este que veis aquí, velivolante, llevando siempre a cuestas su poesía, es aquel que en Sevilla cambió un día por la lira su copa de Maestrante. A cara y cruz se juega cada instante verso y amor, en lírica porfía, mientras en su bolsillo, Andalucía deja sonar, llorando, su discante. Sobre la rueda azul de la Fortuna se columpia en las horas, temerario, ajeno a lo que gana o lo que pierde... ¡Vedle aupado en los cuernos de la luna, viviendo, equilibrista solitario, la borrachera de su vino verde!