Tú eras árbol y brisa; trino y ave; presencia viva y sentimiento alado. Yo te sentí latir en mi costado alerta realidad y sueño ingrave. La sangre restañó tu mano suave del ciego corazón enajenado, y lo que fue tu signo enamorado huella en el viento, mi recuerdo sabe. Tangible, sangre y cal, presencia viva, yo sé que existes, y mi mano toca tu realidad. para mi afán cautiva. Nada tu olvido a mi sentido esconde; pero el amor –silencio, flecha loca, trino o dolor-, ¿adónde se fue, adónde?