Cuando un toro perdonado regresa a su ganadería si el ganadero cantara, seguro le cantaría: “Yo bien sabía torillo, yo bien sabía, que al portarte tan cabal, volverías, volverías.” Y si los toros cantaran, seguro que aquel torillo le cantaría: “No es que el perdón yo pedía Al portarme tan cabal no es que el perdón yo pedía es que pensé que tenía muchas vacas que rondar en el campo todavía, todavía.”