ESE TREN QUE NOS LLEVA 30
Lo que un día dejaste en el agua del pozo
has venido buscando, pero el pozo está seco
como nube en el horno de mañana de estío.

Ahora vienes y encuentras soledad, que no es poco,
unos pájaros sordos en los trenes del humo
y una niebla escondida detrás de los cipreses.

Un ejército dulce de libélulas rojas
se ha posado en las cañas del poniente morado
anunciando la noche, cuna vieja de insectos.

Y te vas a la playa solitaria y vacía
sin querer ser feliz, pues la dicha no es nada,
sólo un labio fugaz que se pierde en el alba.

Lo que un día dejaste en el agua del pozo
ahora vienes buscando, pero el pozo es un lecho
de guijarros dormidos, de madera olvidada,
ese tren que nos lleva por crepúsculos ciegos.