ESE TREN QUE NOS LLEVA 17
Se prohíbe pensar en las tardes de octubre
frente al faro y las dunas cuando todos se han ido,
cuando el mar se oscurece y las horas no existen,
sólo un grato silencio de cenizas dormidas.

Se prohíbe pensar abrigado en la arena
o mirando al temblor de las últimas olas,
a los pájaros blancos y a las sombras del aire.
Se prohíbe pensar, corazón, no es tu tiempo,
ni es el tiempo preciso de gozosas mareas.

Se prohíbe pensar, sólo un tibio arrecife
se permite crecer en la sangre parada.

Se prohíbe pensar, despertar se prohíbe,
se prohíbe vivir como vamos muriendo.